Investigadores del Hospital General de Massachusetts han
publicado un estudio en Nature Scientific
Reports que revela que las personas con autismo evitan el contacto
visual porque les genera una sensación incómoda, no porque no les interese ver
a la otra persona a los ojos.
La parte del cerebro responsable de ayudar a los recién
nacidos a recurrir a las caras conocidas está anormalmente activada entre los
que están en el espectro autista, sugiriendo que forzarlos a tener contacto
visual produciría ansiedad.
Trastorno del espectro autista es un término utilizado para
describir una variedad de condiciones que hacen de la comunicación y socialización,
un reto, y está a menudo acompañada de conductas restringidas y repetitivas. Otra
de sus características es la dificultad para establecer o mantener el contacto
visual, un comportamiento que no solo dificulta las interacciones sociales,
sino que puede conducir a la falta de comunicación en las culturas donde el
contacto visual se toma como un signo de confianza y respeto.
Aquellos con la expresan ansiedad sobre el contacto visual,
pero los psicólogos han estado inseguros sobre si el malestar es sensorial o
proviene de un conflicto sobre la importancia social de mirar a una persona cuando
se comunica. Investigaciones anteriores sugirieron esto último, pero un equipo
de neurólogos sospechó que el problema podría ser una sensibilidad excesiva de
las partes del cerebro responsables de la percepción emocional.
Específicamente, los investigadores miraron a una parte del
cerebro llamada sistema subcortical, una variedad de estructuras que integra la
información de la corteza externa con los sentidos periféricos para dar lugar a
movimientos y otros comportamientos. Dentro de este sistema hay caminos que
transportan la información visual de los ojos a partes del cerebro que
estimulan las emociones, y ayuda a los recién nacidos a reconocer rostros
familiares.
Las investigaciones previas sobre si esta parte del cerebro
estaba hiperactiva en personas con TEA produjeron resultados mixtos. Para resolver
este conflicto, los investigadores utilizaron imágenes de resonancia magnética
funcional (IRMf) para medir las diferencias en la activación de las partes del
sistema subcortical responsables de procesar caras en 23 voluntarios adultos y
niños con ASD y 20 controles.
Mientras que la región subcortical de reconocimiento facial estuvo
activa en ambos grupos, las áreas eran altamente activas en aquellos con ASD
cuando se vieron obligados a concentrarse alrededor de la región del ojo,
especialmente cuando las caras expresaron temor. "Los hallazgos demuestran
que la aparente falta de interés interpersonal en las personas con autismo no
se debe a una falta de interés en sí", dice el investigador principal
Nouchine Hadjikhani. "Más bien, nuestros resultados muestran que este
comportamiento es una forma de disminuir una excitación excesiva desagradable
que proviene de la sobreactivación en una parte particular del cerebro".
La investigación es suficiente para forzar un replanteamiento de las consecuencias de coaccionar a los niños con autismo a practicar el contacto visual. "Los hallazgos indican que obligar a los niños con autismo a mirar a los ojos de alguien en terapia conductual puede crear mucha ansiedad para ellos", dice Hadjikhani.
FUENTE: ScienceAlert
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