Las personas mayores de 50 años que son sexualmente más
activas también tienen mejor memoria y habilidades cognitivas que las personas
que tienen menos sexo, según sugiere un nuevo estudio hecho en Inglaterra y
publicado por
Tener sexo parece dar al cerebro un impulso más grande en
hombre que en mujeres, ya que los hombres que eran sexualmente más activos
mostraron puntuaciones más altas en las pruebas de habilidades de memoria y función
ejecutiva, mientras que las mujeres que eran más activas sexualmente solo
incrementaron un poco sus habilidades de memoria.
El estudio muestra que existe una asociación significativa
entre la actividad sexual y la función cognitiva en los adultos mayores de 50
años, explica el autor del estudio Hayley Wright, investigador en
envejecimiento cognitivo en el Centro de Investigación en Psicología, conducta
y rendimiento en la Universidad de Coventry en Inglaterra.
Los investigadores analizaron los datos recogidos de más de
6.800 hombres y mujeres de entre 50 y 89 años en Inglaterra que estaban
participando en un estudio a largo plazo sobre el envejecimiento. Se le
preguntó a los participantes si habían participado en actividad sexual en los
últimos 12 meses. Los investigadores utilizaron una definición amplia de actividad
sexual en el estudio, que incluye relaciones sexuales, masturbación y caricias.
Los participantes también completaron dos pruebas
cognitivas. Una era una prueba de recuerdo diseñado para medir la memoria, en
la que se pidió a la gente recordar una lista de 10 palabras comunes
inmediatamente después de escucharlos, y luego otra vez después de un breve
retraso. La segunda tarea, que medía la función ejecutiva, consistía en identificar
el número que falta en una secuencia numérica.
La puntuación obtenida en los hombres se mantuvo incluso
después de que los investigadores tomaron en cuenta otras variables que también
pueden afectar a los resultados de las pruebas, como la edad, la educación, la
situación financiera, la salud, la actividad física y la soledad. El estudio
demostró una asociación entre la actividad sexual y la función cognitiva, pero
no estaba destinado a mostrar una relación de causa y efecto.
FUENTE: Live Science