El observatorio espacial
Kepler de la NASA ha cumplido con mucho éxito la misión de buscar exoplanetas (planetas
fuera del Sistema Solar) potencialmente habitables: hasta
la fecha ha encontrado más de mil.
Pero desde diciembre del
próximo año, Kepler tendrá un compañero en esa tarea porque la NASA planea enviar
el Satélite
de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito, o TESS por sus siglas en inglés. Este
nuevo satélite tendrá como misión realizar un catálogo con los exoplanetas que
se encuentren en su zona habitable. Y de esta forma, podría encontrar un nuevo
candidato para realizar
exploración espacial y quizás colonización.
La misión, de una duración inicial
de dos años, está liderada por científicos de la NASA y del Instituto de
Tecnología de Massachussetts (MIT). Después de su lanzamiento en diciembre del 2017
con un cohete
Falcon 9 de SpaceX, TESS examinará las estrellas más brillantes cerca de la
Tierra para ver si tienen exoplanetas transitando. Se espera que pueda
encontrar más de 2 mil nuevos planetas.
La misión utilizará una serie
de cámaras de campo amplio para realizar un levantamiento de todo el cielo. Con
TESS, será posible estudiar la masa, tamaño, densidad y órbita de una gran cantidad
de pequeños planetas, incluyendo una muestra de mundos rocosos en las zonas
habitables de sus estrellas madre. TESS proporcionará objetivos para el Telescopio
Espacial James Webb, así como otros telescopios del futuro.
TESS está diseñado para llevar
a cabo la primera exploración
exoplanetaria en tránsito espacial en todo el cielo. Está equipado con
cuatro telescopios de gran angular y detectores de dispositivo de carga
acoplada asociados y los datos científicos serán transmitidos a la Tierra cada
dos semanas.
El satélite además transmitirá
imágenes de cuadro completo con un tiempo de exposición efectivo de dos horas,
lo que le permitirá a los científicos buscar fenómenos transitorios
inesperados, como las ráfagas de rayos gamma.
Con el fin de obtener imágenes
sin obstrucciones tanto de los hemisferios norte y sur del cielo, TESS
utilizará una órbita lunar resonante 2:1 llamada P/2, una órbita que nunca se
ha utilizado antes. El apogeo de la nave espacial, de 373.000 km, está
programado para mantener la nave alejada de la Luna, que actúa como agente
desestabilizador.
Esta órbita altamente elíptica
debe permanecer estable durante décadas, y mantendrá las cámaras de TESS en un
rango de temperatura adecuado. La mayoría de la órbita se ocurrirá fuera de los
cinturones de Van Allen para evitar daños por radiación a TESS. Cada 13.7 días
en su perigeo de 108,000 km, TESS conectará los datos que ha recolectado
durante la órbita a la Tierra durante un período de aproximadamente tres horas
TESS supervisará el brillo de
más de medio millón de estrellas durante una misión de dos años, buscando
descensos temporales en el brillo causado por tránsitos planetarios. Los
tránsitos ocurren cuando un planeta pasa directamente delante de su estrella madre
como se ve desde la Tierra.