Gracias a imágenes tomadas en las planicies del norte de
Marte, los científicos han llegado a la conclusión de que en la costa del
planeta rojo se produjeron dos tsunamis que la destrozaron.
Existen hipótesis de que Marte fue antes un planeta azul
como la Tierra, pero no se encontraban evidencias de una costa. El
descubrimiento de la composición química de la atmósfera realizada por la NASA
aseguraba que había suficiente agua como para cubrir todo el planeta.
Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports reafirma
la existencia de ese antiguo océano y aporta una explicación sorprendente para
la ausencia de rastros geológicos del mismo: dos enormes tsunamis destrozaron
por completo las costas del planeta. El estudio se basa en imágenes tomadas por
tres generaciones de sondas de exploración marciana lanzadas por la NASA
Tras analizar el material, los científicos llegan a la
conclusión de que hay rastros geológicos de dos mega tsunamis que fueron
provocados por el impacto de asteroides de unos 30 kilómetros de diámetro. Esto
sucedió hace 3.400 millones de años. Según Mario Zarroca y Rogelio Linares,
investigadores del departamento de Geología de la Universidad Autónoma de
Barcelona, las olas podrían haber alcanzado los 120 metros de altura, entrando
en el continente hasta 700 kilómetros.
Es difícil encontrar catástrofes de esta magnitud incluso en
las etapas más violentas de la historia geológica de la Tierra. El primer
tsunami arrastró bloques de roca de más de 10 metros de diámetro, dejando a su
paso grandes depósitos de sedimento y rocas y canales excavados al retirarse la
inundación que han podido identificarse gracias a las imágenes de alta
resolución.
Los tsunamis dejaron a su paso grandes masas de hielo
denominadas lóbulos. “Estos materiales están relativamente cerca de sitio de
aterrizaje de la misión Mars Pathfinder”, explica Alexis Rodríguez,
investigador del centro Ames de la NASA y primer autor del estudio.
“En la Tierra existen
numerosos registros de existencia de tsunamis y no es extraño, si los modelos
son correctos, que existieran en Marte cuando el planeta compartía ambientes
similares al nuestro”, explica Jesús Martínez-Frías, investigador del Instituto
de Geociencias (CSIC-UCM) y miembro del equipo científico de la misión NASA-MSL
(Curiosity).
FUENTE: El
País