Mientras en el sur estamos entrando a las épocas calientes,
en el norte están entrando al invierno. Específicamente en el Ártico, se trata
de la “noche polar”, el momento en que esta región tiene las temperaturas más
bajas durante todo el año y la manta de hielo que la cubre se engrosa.
Pero desde los meses de abril y mayo del 2016, las cosas no
han estado saliendo con normalidad. El Ártico está más caliente de lo normal, y
la extensión de hielo cubriendo el océano polar está rompiendo récord de
niveles bajos. Y, a pesar de que en estas épocas frías, el hielo está recuperando
su grosor, no lo está haciendo con la rapidez que se espera, lo cual es
alarmante.
Para nadie es un secreto que el
planeta se está calentando, durante meses seguidos hemos visto cómo llegábamos
cada vez a un record más alto de temperaturas. El ártico se ha calentado en
promedio al doble del ritmo del resto del mundo, con algunas partes de Alaska
registrando temperaturas 11 ° C por encima del promedio de esa región en ese
momento de año. Las cosas parecen, sin embargo, que sólo empeorarán.
De acuerdo a Daniel Swain, científico del clima en la
universidad de California, Los Ángeles. La data que proviene de las estaciones
meteorológicas del Ártico ha detectado en Octubre temperaturas hasta 20° más
altas de lo que debería ser: “A pesar de la aparición de la #NochePolar, las
temperaturas cercanas al #PoloNorte aumentan. Situación extraordinaria en el
#Ártico con un #HieloMarino muy bajo”, tuiteó Swain.
Esta noticia es incluso más preocupante si se toma en cuenta
que octubre es un mes donde el Ártico
entra al invierno boreal, y es en esta época en la que la temperatura baja
y el hielo marino comienza a engrosar y crecer en extensión. La temperatura
actualmente es de -5° cuando debería ser de -25°.

La fluctuación del hielo marino es vital para todo el
ecosistema ártico. Desde los osos polares que dependen de él para la caza
durante los duros meses de invierno, hasta las focas que se aprovechan de los
extensos terrenos para dar a luz. Las vidas de los animales y el hielo están
inextricablemente vinculados. Si el hielo no se forma como debe durante el
invierno, entonces las cosas no se ven bien para el año siguiente.
El hielo marino del Ártico se divide ligeramente en dos
capas, una “joven” delgada que se forma y se derrite cada año, y una
"vieja" gruesa que por lo general persiste durante todo el año,
incluso durante el verano del Ártico. Cuanto más grueso es el hielo, más viejo
es.
Una tendencia preocupante, sin embargo, ha emergido durante
la última década en la que la extensión de este hielo más viejo se encoge cada
vez más a medida que la temperatura del aire y del océano va en aumento. Ahora
es probable que pronto veamos veranos sin hielo, donde no el hielo “viejo”
desaparezca totalmente.
Mark Serreze, que encabeza el Centro Nacional de Datos de
Nieve y Hielo en Boulder, Colorado, cree saber la razón de este súbito calentamiento en la
temperatura ártica. Lo que está sucediendo, explica, es una especie de
"doble golpe". Por un lado, hay un "océano subyacente muy
cálido" debido a la falta de formación de hielo marino sobre él. Pero, al
mismo tiempo, los virajes en la corriente han permitido que el aire caliente
fluya hacia el norte y que el gélido aire del Ártico descienda sobre Siberia.
Finalmente, aunque se tiene una idea de lo que está
ocurriendo actualmente, no se sabe qué es lo que podría ocurrir en los próximos
meses. Esto es algo de lo que no se tiene antecedentes y que podría tener un
enorme impacto no solo en el Ártico, sino en todo el planeta.
FUENTES: WASHINGTON POST, IFLSCIENCE