Numerosos estudios han demostrado cómo los niveles de
contaminación son altos en los autos, y esto afectaría más a los niños y bebés
que se transportan de esta manera. Un estudio publicado en Science
of The Total Environment encontró que un conductor respira mayores
cantidades de contaminación que un ciclista en la misma carretera. Para el
ciclista, las emisiones se disipan en la atmósfera, lo que reduce su
exposición, pero para el conductor estas emisiones circulan y se construyen
dentro de la cabina.
Las últimas estimaciones del gobierno sugieren que el 80% de
la contaminación perjudicial en la carretera en el Reino Unido proviene de autos,
furgonetas y autobuses. Esta contaminación es muy perjudicial para nuestra
salud y estudios recientes han demostrado que pueden entrar en nuestro torrente
sanguíneo. Para los niños cuyos pulmones todavía están en desarrollo, estas
emisiones son aún más peligrosas. Pueden detener el crecimiento de los pulmones
y dejarlos con daño permanente.
En promedio, pasamos alrededor de 1,5 horas al día en
nuestros autos. Lo que muchos conductores probablemente no se dan cuenta es que
estos humos pueden ser tan altos en el auto como fuera, y en algunos casos
incluso más altos. Los autos más antiguos son los más contaminantes,
especialmente los diésel y es probable que los niños sentados en el asiento trasero
estén expuestos a niveles peligrosos.
Los autos tienen un constante flujo de aire, incluso con
todas las ventanas cerradas. El aire entra a través de un conducto grande en la
parte delantera y se fuerza a través del auto. En el tráfico pesado, este
conducto absorbe el aire contaminado de fuera, mezclándose con los gases
emitidos por el auto.
Lo mejor para toda nuestra salud es dejar de conducir autos.
Se ha demostrado que los beneficios para la salud de caminar y andar en
bicicleta superan con creces los costos de la respiración en la contaminación. Los
gobiernos necesitan invertir en alternativas más limpias, como híbridos,
vehículos eléctricos, caminar y andar en bicicleta, que sean más saludables y
baratas.
También es necesario realizar campañas de concientización pública que garantice que todos sabemos cuándo y cómo la contaminación está afectando nuestra salud. Si más conductores sabían el daño que podrían hacer a sus niños, pienso que pensarán dos veces antes de conseguir en el coche.
FUENTE: The
Guardian
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