Dos investigadores de universidades españolas han descrito una nueva especie de escarabajo que habita en la cueva más profunda del mundo. El insecto se ha bautizado Duvalius abyssimus y lo han localizado en la gruta de Krúbera-Voronia, en la parte occidental de Georgia, bañada por el Mar Negro.
El estudio se ha publicado en la revista Zootaxa, y fue dirigido por la investigadora de las universidades de Aveiro y La Laguna, la portuguesa Ana Sofia Reboleira y el zoólogo de la Universidad de Alcalá, Vicente M. Ortuño.
Vicente M. Ortuño, especializado en Biología subterránea, trabajan localizando nuevos insectos en este tipo de hábitats (conocidos como hipogeos, es decir, pasajes subterráneos).
Un hábitat de complicado acceso
Sin embargo, este hallazgo en concreto es llamativo puesto que se ha hallado en una cueva cuyo acceso presenta enorme dificultad.
Su gran extensión ha proporcionado un sinfín de refugios subterráneos a la fauna. De hecho, en el Cáucaso occidental viven varios géneros de escarabajos cavernícolas endémicos. “Su ubicación es estratégica, ya que en la zona se reúnen faunas de origen europeo, asiático y también endémico”, subraya Ortuño.
La entrada a la sima está a 2.240 metros sobre el nivel del mar y a 15 kilómetros del Mar Negro. Bajo numerosos tramos de desarrollo vertical, alcanza una profundidad de 1.400 metros. A partir de esta cota, se bifurca en ramales y es necesario superar varios sifones con técnicas de buceo para llegar a la máxima profundidad conocida.
Duvalius abyssimus. Foto: RTVE
El recién descubierto escarabajo
Los escarabajos de las cuevas son una de las especies más icónicas de los hábitats subterráneos. Históricamente, fueron los primeros seres vivos descritos por la ciencia que están adaptados a las condiciones de vida subterránea.
Los investigadores solo disponen de dos ejemplares de Duvalius abyssimus, un macho y una hembra, recogidos en la cueva.
El género Duvalius es un colonizador exitoso de las profundidades terrestres. La mayoría de las especies tienen un estilo de vida hipogeo y viven en cuevas o en el medio subterráneo superficial.
“Las características de la nueva especie indican que está en un grado medio de adaptación a la vida subterránea. Prueba de ello es que aún conserva ojos, que están ausentes en las especies cavernícolas muy especializadas”, ha añadido el investigador.
Ana Sofía Reboleira. Foto: CESAM
Investigación bajo tierra
"Adentrarse en el medio subterráneo significa que hay que moverse en un medio hostil, igual que en alta montaña o en los fondos marinos. No es el medio natural del ser humano, por lo que requiere romper miedos", ha indicado.
"Es una oscuridad absoluta, y bajo esas condiciones buscar esos animales tan pequeños es dificultoso, ya que viven en pequeñas grietas y fisuras y hay que hacerlos salir. Para ello utilizamos cebos y pequeñas trampas que dejamos en un lugar más accesible y regresamos a recogerlos", ha explicado.