En España, los científicos se
han unido contra la mala praxis: el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), la Confederación de Sociedades Científicas de España
(COSCE) y CRUE Universidades Españolas han firmado una Declaración
Nacional sobre Integridad Científica, con la que buscan prevenir la mala
praxis en la ciencia en ese país.
El texto que tiene como principal destinatario los jóvenes
científicos que empiezan una carrera, y establece una serie de principios
éticos y responsabilidades en la actividad investigadora, que son la honestidad,
la objetividad, la imparcialidad y la confianza. En el documento se lee que “las
investigaciones deberán hacerse respetando la dignidad del ser humano y la
autonomía de su voluntad, protegiendo los datos de carácter personal,
garantizando el bienestar de los animales y preservando el medio ambiente”.
Este acuerdo compromete a los científicos a hacer un “uso
responsable de los medios y recursos disponibles, administrándolos y
gestionándolos conforme a los criterios de economía, transparencia y eficacia”.
Para los tres organismos, los institutos, universidades e
instituciones científicas “deben asumir la responsabilidad de que los
principios fundamentales de la ética profesional informen la actividad
científica”. Según los firmantes del documento, no es que ahora haya una mayor
falta de ética en la investigación, sino que se han ido descubriendo más casos
porque se cuenta con más técnicas para su detección.
Otros casos de mala praxis son los estudiantes que trabajan
sin sueldo a la espera de que llegue el dinero de la beca, investigadores que
participan en un proyecto de forma colateral y luego no aparecen en la
publicación, o casos más llamativos, como plagio o la invención de datos y
resultados.
En nuestro país, el Concytec podría tomar nota de estos
acuerdos e iniciar algún tipo de trámite similar.
FUENTE: ABC