A cualquier persona que haya
tenido una relación a distancia se le ha ocurrido la idea de tener un
dispositivo que le permita comunicar su afecto hacia la otra persona. Un
gadget que permite enviarle un beso a su ser querido al otro lado de la
pantalla.
Eso es, al parecer, lo que ha
ocurrido con un grupo de investigadores del Laboratorio de Imagen del City
University London. Ellos han inventado el Kissenger (el mensajero de besos) que
promete replicar ósculos a un dispositivo emparejado, haciendo sentir a la otra
persona la
sensación estar siendo besado.
El gadget tiene la apariencia
de una almohadilla de silicona que puede conectarse al frente del teléfono móvil.
La persona besa la almohadilla, la cual registra la presión del beso y envía los
datos a la aplicación. El destinatario puede presionar su gadget a los labios o
la mejilla, mientras que los motores debajo de la almohadilla de silicona
imitan los movimientos de la persona que está enviando el ósculo.
De momento no está claro que
tan realista será el dispositivo, ya que la almohadilla es una cama plana con
pequeños pistones debajo de, que ejercen presión. Tal vez será como recibir un “piquito”
muy educado en la mejilla.
Por ahora, Kissenger está en
su fase de prototipo, y parece que sólo es compatible con iOS, aunque debido a
que se comunica con el teléfono móvil a través del puerto por donde se conectan
los auriculares, los usuarios de iPhone 7 no van a poder utilizarlo.
Si bien los desarrolladores presentan
el dispositivo como el "primer mensajero de besos del mundo", la
verdad es que no es el primero de su tipo… ni siquiera el primero en usar ese nombre.
El anterior Kissenger, que parece al parecer no está relacionado, tiene motores
bajo sus "labios" de silicona que ruedan y se mueven para reproducir
el beso del remitente, según su sitio web.