TOR (The Onion
Router: El enrutamiento de cebolla) es una red anónima administrada por
voluntarios, que rebota solicitudes de datos de usuarios de todo el mundo, por
lo que es muy difícil, aunque no imposible, de averiguar quién está detrás de
la pantalla del ordenador.
Este es el método favorito para
cualquiera que desee
ocultarse en el Internet: desde hackers hasta mercado negro de drogas,
armas, bandas de criminales, tráfico de personas y; por supuesto, terroristas.
En ese sentido, y según
el diario francés Le Monde (quien tuvo acceso a un documento interno), las
autoridades francesas están considerando prohibir el uso de TOR. Esta sería
solo una de una serie de medidas sugeridas en respuesta a los ataques
terroristas del mes pasado.
Otra de las medidas sería la
de apagar las redes públicas de WiFi durante un estado de emergencia (como el
que se estableció después de los atentados en París). De acuerdo a la policía,
los sospechosos pueden utilizar redes Wi-Fi públicas para comunicarse sin ser
rastreados y la medida buscaría reducir el nivel de comunicación entre posibles
atacantes.
Aunque estas propuestas aún están
lejos de ser promulgadas: todavía necesitan ser presentadas al Parlamento el
próximo año para que puedan ser debatidas y votadas, los expertos están
diciendo que este tipo de medidas son, no solo insuficientes (ni siquiera China
ha podido implementarlas al 100%), si no también peligrosas para la libertad en
las redes ya que TOR no solo es usada por criminales sino también por
periodistas y denunciantes
como Snowden o Assange.
Culpar a la tecnología por “permitir”
los ataques terroristas, parece la lógica de algunos políticos, y aunque es
probable que prohibir TOR haga más sencillo “atrapar a los malos”, el costo
será debilitar la seguridad y privacidad en línea para el resto de nosotros.