Dos cosas han ocurrido esta
semana que nos han hecho sentir que el futuro nos llegó de golpe. La
inquietante foto de Mark
Zuckerberg caminando al costado de un grupo de gente totalmente alejada de
la realidad inmersa en la realidad virtual; y el video propalado por Google en
la que robot muestra su capacidad para hacer tareas humanas a pesar de las
constantes interrupciones y maltratos de un humano.
Facebook y Google respectivamente nos han dado la oportunidad de dar un pequeño vistazo de lo que creen que será el futuro: robots inquietantemente inteligentes y visores de realidad virtual.
Las imágenes del robot se hicieron inmediatamente virales y el sentimiento en general fue de una mezcla de asombro, terror y, seamos honestos, empatía por el pobre autómata. El resultado fue una sensación de que la era de las maquinas inteligentes, similares a los humanos, y capaces de hacer nuestros trabajos no está a años de distancia. Ya llegó.
Por su parte, la fotografía
publicada por Mark Zuckerberg el CEO de Facebook tiene un aire más distópico,
que esperanzador sobre el futuro de nuestra interacción social. Como si en el
futuro los humanos dejemos el televisor de lado para engancharnos con estos
visores mientras que los CEO’s multimillonarios caminan libremente pudiendo
disfrutar de la vida real, en vez de virtual.
Sin embargo estas dos industrias no son las únicas que han dado pasos agigantados. Microsoft está trabajando con la realidad aumentada, Amazon está invirtiendo en aviones no tripulados y Uber en una flota de vehículos autónomos.
Este último rubro nació con Google hace cinco años, y en su momento sonó a imposible. Desde entonces, la mayoría de los grandes fabricantes de automóviles han declarado sus intenciones de desarrollar vehículos autónomos. Tesla, por ejemplo, puso en marcha funciones de piloto automático el año pasado. Y el mes pasado el gobierno de Obama anunció planes para respaldar estos esfuerzos y acelerar el desarrollo del coche de auto-conducción.
Es curioso, por eso, que si uno le pregunta a cualquier persona sobre estos vehículos, lo más probable es que contesten que están aún muy lejos, si es que alguna vez llegan a existir. Lo que no es curioso, sin embargo, es que estos avances tienen el potencial de dejar a muchas personas sin trabajo.
Viendo en perspectiva los autos que se manejan solos, son en realidad parte de un proceso más amplio: el de la automatización. Las empresas en su búsqueda de abaratar los costos de producción están apostando por crear autómatas que realicen los trabajos más difíciles o peligrosos para los humanos.
Ya sean autos, robots, drones
o visores, las nuevas tecnologías requerirán que nos pongamos de acuerdo para
crear un contexto social, político y económico totalmente nuevo que se adapte a
estos cambios. Esta discusión, sin embargo, es tema para otro momento.