Investigadores
de la Universidad de Tokio han encontrado rocas al norte de Canadá que muestran
signos de que la vida ya existía hace unos 3,950 mil millones de años,
estableciendo un nuevo récord para los fósiles, los cuales sugieren que la
biología comenzó en la Tierra antes
de lo que habíamos sospechado anteriormente.
El
descubrimiento, publicado en Nature,
se realizó analizando las composiciones de isótopos de carbono en
rocas sedimentarias en la región de Labrador al noreste de Canadá. Los tipos de
rocas que el equipo analizó datan de un período de la historia de la Tierra llamado Eoarcaico, un
tiempo entre 4 y 3.600 mil millones de años atrás cuando la corteza era todavía
nueva y la atmósfera era pesada y casi no tenía oxígeno.
No
hay muchos lugares en la superficie del planeta donde todavía se pueden
encontrar rocas del periodo Eoarcaico, la mayoría se han derretido y ya no
pueden ser reconocidas, otras se han revuelto en el manto, o se han pulverizado.
Y de las que aún permanecen, pocas son buenas candidatas para encontrar signos
de la química antigua.
Una
excepción a esta regla es una franja de roca en Groenlandia llamada el cinturón
de piedra verde de Isua. Las muestras de esta zona tienen una firma química biológica
de por lo menos 3.7 mil millones años. El problema es que estas mismas pistas no
habían sido descubiertas en rocas tomadas de sitios similares.
Además,
a diferencia de los restos de dinosaurio o las impresiones de hojas o
trilobites, la
vida primigenia no deja muchos detalles con los que se pueda identificar su
presencia. En vez de eso, las posibles huellas de la temprana bioquímica están
en forma de grafito y carbonato.
Al
calentar el material y analizar los isótopos de carbono que contienen estas
rocas, los investigadores pueden determinar si son el resultado de algún
proceso geoquímico o si son biogénicos, de origen biológico.
El
hecho que se haya encontrado grafito biogénico en algunas rocas antiguas, pero
no en otras, ha sido motivo de pausa. Afortunadamente, ahora se puede volver al
caso, ya que los investigadores han encontrado que el grafito en 54 muestras
metasedimentarias canadienses del mismo período son el producto de sistemas
vivos.
No
sólo eso, las rocas en las que se encontraron las muestras son más antiguas que
los especímenes de Isua en 150 millones de años, lo que sugiere que la vida ya estaba
buscando florecer hace unos mil millones de años después de que la Tierra se formó.
Los
investigadores prestaron mucha atención a la consistencia entre las
temperaturas de cristalización del grafito y las temperaturas con que
calentaron la roca sedimentaria, descartando que la muestra haya sido contaminada
en una fecha posterior. Dado que los "restos" de grafito y carbonato son
muy pequeños, no nos dicen mucho sobre la naturaleza de los organismos que los
dejaron atrás.
Sin
embargo encajan en un cuadro más amplio de cómo la vida pudo haber evolucionado
aquí en la Tierra, además de sugerir que las condiciones hostiles de nuestro
planeta recién nacido hicieron poco para obstaculizar la existencia de la vida.
Eso es un buen augurio para nuestra búsqueda de sistemas vivos en otros cuerpos
en nuestro Sistema Solar y más allá.
Finalmente,
después de este tipo de descubrimiento podemos estar muy seguros de que la
química de la vida ha estado afectando el desarrollo de nuestro planeta
prácticamente desde el principio. La
vida fuera de nuestro planeta parece inevitable.
FUENTES: SCIENCEALERT,
REUTERS
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